Introducción:
Las dimensiones del sacrificio de Jesús muestran el amor y la misericordia de Dios y esto demanda una respuesta del creyente y discípulo hacia Dios y hacia otros
Isaías 53:3-5
1. Experimentado en quebranto (conocedor del dolor más profundo)
– Isaías 53:3
Jesús sufrió: burlas, azotes, falsas acusaciones, gritos, ridiculazación, rechazo masivo, traición, humillación, dolor agudo físico, tortura, menoprecio y más … Lo peor de la humanidad cayó sobre Jesús y lo quebrantó. ¡Solo puede él puede entender el sufrimiento que provoca la naturaleza pecaminosa del hombre!
2. Sufrimiento y consolación
Los sufrimientos de Cristo abrieron el camino para que la humanidad sea reconciliada con Dios y reciban una nueva naturaleza santa. No obstante aún hay sufrimientos de Cristo a través de su Cuerpo la Iglesia. En este mundo tendremos aflicción (Juan 16:33), pero el sacrificio de los creyentes ha llevado y llevará la dádiva de Dios hasta los confines de la Tierra para salvación de todo el que escuche y crea la buena noticia.
2 Corintios 1:5-10
3. Gloria y Bendición
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Somos partícipes de la gloria de Dios si participamos del sufrimiento (Romanos 8:17)
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Sufrir por él traerá bendición (1 Pedro 4:12-14)
Conclusión
Hay una gran diferencia entre el sufrimiento del creyente y el sufrimiento del incrédulo. ¡Los creyentes tenemos esperanza en el propósito divino! El incrédulo busca consuelo en soluciones temporeras y vacías, el consuelo del creyente es confiable, eterno y constante y nos permite vencer toda circunstancia.
No podemos ignorar que el llamado a la vida cristiana incluye sufrimiento y sacrificio, pero la recompensa de nuestra perseverancia es demasiado grande como para menospreciar esta oportunidad.
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