Una iglesia para la familia y una familia para las naciones.
Ser una iglesia para la familia implica:
- Una mentalidad de servicio a cada generación, desde los que están en el vientre hasta hasta las personas de la edad de oro. Estamos llamados a crear una comunidad donde todas las generaciones sean valoradas y servidas adecuadamente.
- Crear un ambiente ameno, apto y divertido para los niños y darles el lugar de importancia que Cristo desea que les demos como herederos del Reino de Dios.
- Cuidar de los matrimonios de la comunidad como las columnas de una familia y comunidad saludable.
- Capacitar y apoyar a los padres para que críen hijos que amen a Dios y cumplan su propósito en la tierra.
- Darles a los solteros una comunidad de apoyo, donde puedan experimentar relaciones de familia significativas que los motiven a vivir en pureza y como un buen ejemplo para otros.
Ser una familia para las naciones implica:
- Cultivar relaciones emocionalmente saludables entre nosotros
- Recibir paternidad espiritual de nuestros líderes y brindar paternidad espiritual a nuestros discípulos
- Velar unos por los otros y mantener rendición de cuentas unos con otros como hermanos bajo un mismo Padre.
- Ser vulnerables y mostrar nuestra realidad. Mantenernos «HOT» (Honest, Open and Transparent: Honestos, abiertos y transparentes).
- Ser una comunidad libre de prejuicios étnicos, culturales, sociales, políticos o de cualquier otra índole.
- Mantener una mesa abierta para todos por igual.
- Comunicar amor genuino a todos en todos los lenguajes.
- Recibir con brazos abiertos a todas las razas, etnias y culturas tanto hispanas, anglo, como de otras naciones.
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