Reflexión Juan capítulos 7 y 8

Reflexión Juan capítulos 7 y 8

Te invitamos a disfrutar este estudio bíblico con una libreta para anotaciones, su Biblia y marcadores. 

lee juan capítulo 7

Para escuchar la lectura del capítulo 7 haz clic en el icono 🔊 de audio de este enlace: https://www.bible.com/bible/127/JHN.7.NTV

lee juan capítulo 8

Para escuchar la lectura del capítulo 8 haz clic en el icono 🔊 de audio de este enlace: https://www.bible.com/bible/127/JHN.8.NTV

Reflexión:

En el capítulo 7, después de una controversia con sus hermanos, Jesús enseña abiertamente en el templo. También hay mucha controversia en todo el capítulo con los líderes religiosos de la época. Esto me hace pensar que no debemos extrañarnos que surjan ciertos problemas con miembros de la familia o con las personas de este mundo cuando tomamos la decisión de seguir a Jesús. Aunque el deseo del Señor es que la familia esté unida y disfruten juntos el caminar de la fe, en ocasiones los miembros de la familia no nos entenderán y tendremos que seguir obedeciendo a Dios aunque eso nos cueste a veces distanciarnos de algunas personas significativas por temporadas o incluso permanentemente. 

En los versos 21 al 24 del capítulo 7 Jesús habla de la importancia de juzgar correctamente. Muchas personas dicen rápidamente que no podemos juzgar, pero la Escritura no dice que no podemos juzgar, sino que debemos juzgar correctamente, mirando más allá de la superficie. También debemos hacer una diferencia entre juzgar cuando significa discernir entre lo bueno y lo malo, y el juzgar en el sentido de condenar. Debemos aprender a discernir correctamente lo bueno y lo malo, lo que es de Dios y lo que no lo es. El castigo o recompensa final de los seres humanos le toca a Dios y no a nosotros determinarlo.  

En los versos 37 al 39 se nos habla del Espíritu Santo comparándolo como ríos de agua viva que brotan del corazón. Dios no solo nos promete llenarnos de su Espíritu Santo cuando creemos, la promesa es que su Espíritu en nosotros será como un río, quiere decir que su vida fluirá de nosotros a otros alrededor de nosotros. Dios quiere usarnos para que otros reciban la misma vida que hemos recibido de Dios. ¿Estás listo para ser usado por Dios? ¿Quienes serían las primeras personas que se beneficiarían de que lleves una vida llena del Espíritu Santo? 

En el capítulo 8 leemos acerca del famoso encuentro de Jesús con la mujer sorprendida en adulterio y los que la juzgaban. Esta historia nos deja claro cuál debe ser la actitud de nosotros ante el pecado de las personas. 

Era cierto que la Ley exigía que fuera apedreada, pero también era cierto que nadie en el grupo excepto Jesús estaba libre de pecado. La Ley dada a Moisés exigía su muerte. En este instante Jesús hizo algo muy enigmático. Algunos piensan, y a mi parece que tiene mucho sentido, que Jesús escribió en tierra porque mostraba que el fue el que escribó la Ley con su propio dedo como dice Éxodo 31:18

«Y cuando terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios».

Aunque no sabemos a ciencia cierta qué escribió Jesús en el suelo, lo más importante es que nadie se atrevió a apedrearla porque sabían que ninguno era realmente apto para condenarla. El único que podía condenarla le estaba dando una oportunidad de vivir. 

Esa debe ser nuestra actitud ante el pecado de otros, debemos considerar nuestra propia pecaminosidad y mirar con ojos de misericordia. 

Fíjate que Jesús no negó que ella había pecado, sino que no la condenó. 

Fíjate que Jesús no llamó su conducta aceptable, sino que le dijo, no lo hagas más. 

La gracia es una oportunidad de vida y transformación, no un permiso para regresar al pecado que nos destruye. 

En el versículo 12 encontramos otra declaración YO SOY, Yo soy la luz del mundo. Cuando creemos en Jesús y le obedecemos ya no seremos ciegos caminando por el mundo, sino que veremos todo con claridad y seremos llevados a la vida. En este capítulo también encontramos el verso 32 que dice: y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Cuando tenemos la luz de la vida, que es Cristo, conocemos las cosas como son verdaderamente. La verdad de Dios, la verdad sobre nosotros mismos, la verdad sobre este mundo, entre otras. Ver claramente con la visión de Dios nos permite caminar seguramente por esta vida hacia la vida eterna. Vivir sin Cristo, es vivir engañado por satanás, pensando que estamos bien, como los fariseos, pero realmente estamos muertos. 

Reflexiona en estas preguntas al leer este capítulo:

¿Estoy verdaderamente permaneciendo en Su Palabra para ser verdaderamente su discípulo?

Soy esclavo de algún pecado. ¿Qué es lo que tengo que hacer para ser verdaderamente libre?

Referencias: 

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