Introducción:
«Sin papá, pero NO sin paternidad» – así crecí en Puerto Rico.
«Experimenté el abuso del don de la paternidad espiritual, pero también disfruté el beneficio del mismo».
Experimentar una falsa versión de la paternidad espiritual no implica que no existe una verdadera, sino todo lo contrario, sabemos que es falsa y nos decepciona porque en los más profundo del corazón reconocemos lo verdadero y la añoramos.
Contenido:
La paternidad espiritual comienza en el hogar
Los padres son los principales responsables de la enseñanza y el modelaje de sus niños (Proverbios 1:8-9; Efesios 6:1-4; Deuteronomio 6:7).
Cada generación es responsable de pasar el legado
El evangelio también es enseñado y modelado por miembros de la familia de la iglesia en general. Dios espera que cada generación transmita a la próxima generación la verdad acerca de Dios (Salmos 78:5-7; Salmos 145:4)
La escuela bíblica dominical y el discipulado es la estructura formal de educación y modelaje cristiano. Esta estructura formal tiene la responsabilidad de transmitir el legado de Cristo a la próxima generación y le brinda a los participantes relaciones de familia espiritual imprescindibles para el crecimiento espiritual.
Las relaciones de amistad en la comunidad de fe sirven como un sistema de apoyo cotidiano tanto para niños como para adultos en la transferencia del legado de Cristo.
- Dios en su misericordia nos ha dado hermanos y hermanas en Cristo para ayudarnos (Colosenses 3:16; 1 Tesalonicenses 5: 11; Hebreos 3:12-14; Hebreos 10:24-25; Santiago 5:16). A menudo, estas personas se encuentran en una etapa similar en el camino cristiano hacia nosotros.
Los padres y madres espirituales
Dios pone en nuestro camino personas que han sido discípulos de Jesús por más tiempo que nosotros para brindarnos una guía, un ejemplo maduro y sabio de la vida cristiana. Ellos se convierten, en un sentido muy importante, en padres espirituales.
Ser un padre o madre espiritual significa guiar a una persona en su crecimiento y madurez como discípulo de Cristo.
1 Tesalonicenses 2:7-12 (fuimos tiernos); 1 Timoteo 1:2; 2 Timoteo 1:2; Tito 1:4; Tito 2:3-5; Filemón 1:10; Gálatas 4:19)
1 Corintios 4:14-17
«… aunque tuvieran diez mil maestros que les enseñaran acerca de Cristo, tienen solo un padre espiritual. Pues me convertí en su padre en Cristo Jesús cuando les prediqué la Buena Noticia. Así que les ruego que me imiten».
Aquella persona que te educa en el Evangelio se convierte en tu padre o madre espiritual. Aunque tengas otras fuentes de aprendizaje de la vida cristiana (libros, predicaciones online, otras personas de influencia en tu vida), tus pastores se convierten en tus principales padres espirituales. Dios no solo desea que aprendas lo que tus pastores dicen, sino la manera en que viven la vida cristiana, su modelaje y su fruto. Por esa razón caminar cerca de padres espirituales en el servicio y la vida cotidiana te brinda más oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
El elemento común que une la relación padre e hijo espiritual es la fe en el Evangelio de Cristo, esta fe nos permite pertenecer a la misma familia espiritual.
La paternidad o maternidad espiritual implica guiar a una persona menos madura en la fe cristiana hacia la madurez.
Los padres espirituales:
- comparten el evangelio con sus hijos
- modelan la vida de fe
- comparten su vida con ellos
- reprenden y advierten a sus hijos y por eso, a veces puede resultar incómodo.
Ser padre o madre espiritual es agotador, incluso puede traer desánimo, se experimenta rechazo y tiene un alto costo a pagar, pero también produce una enorme satisfacción.
¿Cristo dijo que no llames padre a nadie en la tierra? (Mateo 23)
Hay varias razones por la cual es evidente que Jesús no prohibió el uso de los títulos de forma general, sino que estaba señalando cierta clase de uso de estos títulos.
- Prohibir el uso general del término padre, nos dejaría sin referencia humana que nos ayude a comprender el concepto de la paternidad divina.
- La Biblia tiene referencias al uso correcto del título padre tanto en el AT como el NT y Dios no se contradice a sí mismo.
- José como padre de Faraón (consejero); Génesis 45:8 RVR60
- Job era padre de los necesitados (benefactor) Job 29:16 (RVR60)
- Eliaquim era ambos (Isaías 22:20–22)
- Elías era padre espiritual para Eliseo y Eliseo también se convirtió en padre para el rey (2 Reyes 2:12; 2 Reyes 6:21)
- Esteban llama a Abraham su padre (Hechos 7:2)
- Pablo llama a Isaac su padre (Romanos 9:10)
- Cristo mismo nos envió a servir como maestros (Mateo 28:19–20)
- Pablo mismo no refutaría la enseñanza de Jesús sobre llamar a otros maestros (1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11; 1 Corintios 12:28; Efesios 4:11)
- Pedro tenía hijos espirituales (1 Pedro 5:13)
- Juan tenía hijitos espirituales y reconoció la paternidad de otros (1 Juan 2:1; 1 Juan 2:13-14 (RVR60)
Una interpretación literal de Mateo 23 también prohibiría el uso de Doctor, Mister en general, lo cuales significan maestro en la raíz original.
Jesús no nos prohíbe llamar «padres» a los hombres que realmente lo son, ya sea literal o espiritualmente. Está advirtiendo a las personas que no atribuyan incorrectamente la paternidad a quienes no la tienen (los fariseos hipócritas). También deja claro que hay un grado de paternidad o de maestro que solo debe atribuirse a Dios.
Lo que no se debe hacer es confundir la paternidad espiritual de un ser humano con la de Dios. Solo Dios es nuestro protector, proveedor e instructor supremo. En consecuencia, es incorrecto considerar que cualquier individuo que no sea Dios tenga estos roles.
Esta era la tentación en el mundo judío de la época de Jesús, cuando los líderes rabínicos famosos, especialmente aquellos que fundaron escuelas importantes, como Hillel y Shammai, fueron muy exaltados por sus discípulos. Es esta elevación de un hombre individual —la formación de un “culto a la personalidad” a su alrededor— de lo que Jesús está hablando cuando advierte contra atribuir a alguien un papel indebido como maestro, padre o maestro.
Conclusión:
En Legado de Amor deseamos afirmar y restaurar la costumbre de los apóstoles que reconoce el rol de la paternidad y maternidad espiritual bíblica, que honra a los pastores y líderes de excelente testimonio cristiano llamándoles padres, madres, papás o mamás, y que permite a los pastores reconocer a sus discípulos como hijos e hijas espirituales.
También esta costumbre nos permite vernos unos a otros como hermanos y hermanas en Cristo y disfrutar los beneficios de la familia espiritual en Cristo, como dice Marcos 10:29-30:
«les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia, recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna».
Referencias:
https://www.catholic.com/tract/call-no-man-father
https://au.thegospelcoalition.org/article/spiritual-motherhood/
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